Un grupo de profesores e investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso publica un importante estudio encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para realizar un análisis sobre los efectos en la pérdida de peso mediante el uso de los fármacos inyectables GLP-1, tirzepatida, semaglutida y liraglutida.El estudio, conformado por tres revisiones sistemáticas de la Colaboración Cochrane, incluyó todos los ensayos clínicos internacionales realizados hasta ahora y encontró pruebas de que esos medicamentos adelgazantes inyectables producen una pérdida de peso clínicamente significativa en las personas a las que se les prescriben como tratamiento médico. Sin embargo, el análisis también advierte que el hecho de que los ensayos hayan sido realizados por la industria farmacéutica plantea ciertas dudas sobre la independencia de sus resultados.
La autora corresponsal de la revisión es la doctora Eva Madrid, directora del Centro Interdisciplinario de Estudios en Salud (CIESAL) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso y líder de la Unidad de Síntesis de Evidencia de Cochrane para Iberoamérica, quien colideró el trabajo con el Dr. Juan Franco, de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf, Alemania. El grupo de académicos de la Escuela de Medicina de la UV fue encabezado por los doctores Nicolás Meza y Javier Bracchiglione —autores principales de dos de las revisiones e investigadores de CIESAL—, con la colaboración de Victoria Novik, Gabriel Lazcano, Daniel Poloni, Miranda Ocara, Francisca Rinaldi y el alumno Felipe Álvarez.
Los análisis fueron realizados en su mayor parte por la Unidad de Síntesis de Evidencia Iberoamérica (a la cual pertenecen los investigadores de CIESAL), la Red Cochrane Iberoamericana y la Unidad de Síntesis de Evidencia Cochrane de Alemania-Reino Unido. El estudio fue encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para fundamentar futuras guías clínicas sobre el uso de estos fármacos para tratar la obesidad. Las guías clínicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecen recomendaciones basadas en la evidencia para mejorar la atención sanitaria en todo el mundo, ofreciendo orientación para optimizar las decisiones clínicas en los distintos países, estandarizar la práctica y mejorar los resultados de salud de los pacientes.
Las revisiones evaluaron los efectos de los medicamentos adelgazantes tirzepatida, semaglutida y liraglutida, conocidos como agonistas del receptor de GLP-1 (siglas en inglés del péptido glucagonoide de tipo 1), y concluyeron que cada uno de estos produce una pérdida de peso significativa desde un punto de vista clínico, en comparación con un medicamento placebo. En Chile las más conocidas son Ozempic, Saxenda, Mounjaro y Victoza
No obstante, la doctora Madrid advierte que la evidencia sobre sus efectos a más largo plazo y secundarios sigue siendo limitada o dudosa, entre otras cosas por los posibles conflictos de intereses existentes.
Origen de los GLP-1
Los fármacos GLP-1 se desarrollaron originalmente para tratar a personas con diabetes tipo 2 y su uso clínico comenzó a mediados del año 2000. En este tipo de pacientes, en especial entre quienes padecen una enfermedad del corazón o de los riñones, esos medicamentos mejoraron el control de la glucosa en sangre, redujeron el riesgo de complicaciones cardíacas y renales, ayudaron a adelgazar y disminuyeron el riesgo de muerte precoz.
Más recientemente, se han hecho ensayos para estudiar estos fármacos en personas con obesidad, en los cuales se comprobó que imitan la actividad de una hormona natural que enlentece la digestión y ayuda a las personas a sentirse saciadas durante más tiempo. En la actualidad, están autorizados en España y otros países para el control de peso, junto con una dieta hipocalórica y ejercicio, en personas con obesidad o sobrepeso y problemas de salud relacionados con el peso.
Pérdida de peso, pero posible efecto rebote
En todas las revisiones sistemáticas realizadas por los investigadores del Centro Cochrane Iberoamericano, se pudo constatar que la tirzepatida, la semaglutida y la liraglutida produjeron una pérdida de peso significativa en comparación con un placebo al cabo de uno o dos años, siendo probable que estos efectos se mantengan mientras se continúa el tratamiento.
De acuerdo con las conclusiones de los análisis, la tirzepatida —inyectada una vez a la semana— dio lugar a una reducción del peso de aproximadamente el 16 por ciento tras doce a dieciocho meses. La evidencia de ocho ensayos controlados aleatorizados, aplicados a 3.361 personas, también apuntó a que estos efectos podrían mantenerse hasta tres años y medio, aunque los datos de seguridad a largo plazo fueron limitados.
En cuanto a la semaglutida —también al inyectarse semanalmente—, se observó que redujo el peso corporal en casi un 11 por ciento, después de 24 a 68 semanas, con efectos probablemente prolongables de hasta dos años, según los datos de dieciocho ensayos controlados aleatorizados en 27.949 participantes. Este medicamento aumentó la probabilidad de lograr al menos un cinco por ciento de pérdida de peso corporal, pero se asoció con tasas más altas de efectos secundarios digestivos leves o moderados. “Semaglutida representa una herramienta potente en el manejo de la obesidad, con efectos clínicamente relevantes”, comenta el doctor e investigador de CIESAL Javier Bracchiglione, uno de los autores principales del artículo. “Es un fármaco relativamente nuevo y todavía no sabemos con certeza qué ocurre después de suspenderlo. Algunos estudios sugieren que podría existir un efecto rebote en el peso, pero ese no fue el foco principal de nuestra revisión”, agrega. Según explica Bracchiglione, aún faltan datos para extraer conclusiones sólidas sobre los posibles efectos adversos y la seguridad del medicamento.
Finalmente, la liraglutida —al administrarse por inyección diaria— dio lugar a una reducción de peso media menor, de entre cuatro y cinco por ciento, según 24 ensayos realizados en 9.937 participantes. Aun así, aumentó la proporción de personas que lograron una pérdida de peso significativa en comparación con el placebo. Las pruebas de efectos a más largo plazo (de más de dos años) fueron más escasas. “La liraglutida sigue siendo una alternativa útil en el manejo de la obesidad, sobre todo en contextos donde otros agonistas del receptor GLP-1 no están disponibles o son inaccesibles por su costo”, señaló el Dr. Nicolás Meza, investigador de Ciesal y otro de los autores principales del artículo. “Pero no se trata de un medicamento libre de efectos adversos y su indicación debiese formar parte de un plan integral de cambio de hábitos y de seguimiento clínico cercano”, precisa Meza.
Cabe consignar que en todas las revisiones hubo poca o ninguna diferencia entre estos medicamentos y el placebo en cuanto a los episodios cardiovasculares graves, la calidad de vida o la mortalidad. Sin embargo, los eventos adversos —en concreto, las náuseas y los síntomas digestivos— fueron más frecuentes en quienes recibieron medicamentos GLP-1 lo que lleva a algunas personas a interrumpir el tratamiento debido a esos efectos secundarios.
“Estos medicamentos tienen el potencial de producir una pérdida de peso considerable, especialmente en el primer año”, asegura Juan Franco, primer autor de una de las revisiones e investigador de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf, Alemania, vinculado a la Unidad de Síntesis Cochrane Alemania-Reino Unido. “Es un momento emocionante tras décadas de intentos fallidos por encontrar tratamientos eficaces para quienes padecen obesidad”, acota.


Dra. Eva Madrid y Dr. Juan Franco, autores corresponsales y responsables del estudio
Investigación independiente
La doctora Eva Madrid explica que la mayoría de los estudios incluidos en las revisiones sistemáticas fueron financiados por la industria farmacéutica, que participó en gran medida en la planificación, la ejecución, el análisis y el informe de los resultados. A su juicio, esto plantea dudas acerca de los posibles conflictos de intereses y de la necesidad de que, a futuro, se realice investigación independiente de los intereses de la industria del ramo.
Tanto ella como los demás autores destacaron que el uso más extendido de estos medicamentos debe considerar los determinantes sociales y comerciales de la salud, incluidos el acceso, la asequibilidad y la cobertura, para evitar acentuar las desigualdades de salud existentes en las personas con obesidad. El elevado precio de la semaglutida y la tirzepatida actualmente limita el acceso a estos tratamientos, mientras que la patente vencida de la liraglutida ha permitido que estén disponibles versiones genéricas más asequibles. La patente de la semaglutida, en tanto, también vence en 2026.
Los estudios incluidos en las tres revisiones se llevaron a cabo principalmente en países de ingresos medios y altos y apenas contaron con la representación de regiones como África, Centroamérica y el Sudeste Asiático. Teniendo en cuenta la diversidad en la composición corporal, la alimentación y las conductas de salud entre las poblaciones, los autores señalan la importancia de evaluar cómo funcionan estos medicamentos en contextos mundiales diversos.
“Necesitamos más datos sobre los efectos a largo plazo y otros desenlaces relacionados con la salud cardiovascular, especialmente en personas de menor riesgo”, afirma Eva Madrid.
“La recuperación del peso tras interrumpir el tratamiento podría afectar la sostenibilidad a largo plazo de los beneficios observados. Por ello, se necesitan más estudios independientes con una perspectiva de salud pública”, puntualiza la directora del CIESAL de la Facultad de Medicina de la UV.
En línea con lo anterior, la doctora Madrid y el Dr. Franco concluyen que las revisiones subrayan que las investigaciones independientes y a largo plazo son esenciales para fundamentar las decisiones clínicas y de salud pública y para establecer mejor la función de los agonistas del receptor de GLP-1 en el control del peso a largo plazo. En ese sentido, adelantan que “con nuestros resultados la OMS publicará una guía clínica con una recomendación condicional de usar los GLP-1 para el manejo de la obesidad y el sobrepeso, documento que será publicado en diciembre próximo”.
Ver estudios y notas de Prensa sobre el estudio:
Tirzepatide for adults living with obesity
Liraglutide for adults living with obesity
Semaglutide for adults living with obesity